Se cumplen hoy 23 años del fallecimiento de don Eduardo Barreiros.
El gran patrón; el gran capitán de empresa capaz de protagonizar la más ambiciosa aventura del sector automovilístico genuinamente español: Barreiros Diésel.
Glosamos este aniversario, con el código de conducta al que permaneció siempre fiel, recogido en los diferentes libros que se han escrito sobre él:
1) Hacer siempre honor a los compromisos.
2) No mirar a nadie por encima del hombro.
3) Ser muy tenaz.
4) Rodearse siempre de buenos colaboradores y amigos.
5) Convivir al máximo con los que trabajan con uno.
6) Estimularlos en la mayor medida.
7) No querer ganar para si la última peseta.
8) Trabajar con intensidad.
9) Escuchar las sugerencias aunque procedan de gente modesta.
10) Tener vocación y fe”.
“La vida de Eduardo Barreiros ilustra a la perfección lo que afirman los estudios: que la iniciativa empresarial es algo diferente del aprendizaje de las técnicas de gestión. Un orensano de aldea, que no era ingeniero, sino un mecánico excepcional, añadía a su oficio otras cualidades importantes: inteligencia natural, claridad de ideas, tenacidad, iniciativa, dotes de mando.
Con 44 años estaba al frente de una gran empresa de automoción, que había construido partiendo de un taller, con la reinversión continua de los beneficios obtenidos, y era noticia frecuente en la prensa española e internacional. Su biografía, antes y después de sus momentos de mayor gloria, muestra que esa trayectoria no fue fruto de la casualidad. Su propia explicación se resume en el citado “decálogo del buen empresario” que siempre contaba en las entrevistas, como “un código de conducta al que permanezco siempre fiel”, y que es lo que le permitía dirigir magistralmente a 25.000 personas.