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¡Para las duras rutas del pescado… los Súper Azor Gran Ruta!

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Hoy os queremos contar la historia de los vehículos de Barreiros preparados para transportar pescado durante los comienzos de las rutas de la costa hacia el interior. Entre ellos los treinta “Súper Azor”, con cabina roja y furgón isotermo, que componían la flota de la cooperativa integrada por Exportadores de Pescado, Transpesca SA. Tres decenas de camiones Barreiros Súper Azor que realizaban la ruta Huelva-Madrid, de 635 km de distancia, para el transporte de pescado fresco.

Aunque había diversos camiones de diferentes marcas haciendo esta ruta del pescado, los “Súper Azor” eran conocidos por todo el mundo, porque siempre llegaban a la hora prevista a su destino. Salían de la Lonja de Huelva al mediodía y llegaba a Madrid al día siguiente, antes de la 7 de la mañana, para poder descargar en el Mercado Central del Pescado, situado en la Puerta de Toledo de Madrid. Además, tenían motor B 24 cuatro cilindros 115 cv y los “Gran Ruta” primeros B 26 150.

También fue famoso un Barreiros de 5tm que hacía tres viajes a Madrid a la semana con pescado desde Gijón. Y sin refrigeración. Por eso salía por la tarde para evitar el calor.

La historia del transporte del marisco: de la costa al interior

En plena posguerra en España sobraba tanto marisco en las localidades costeras de Galicia, que buena parte de él se acababa tirando en las huertas para abonar, ya que su alto contenido en calcio mejoraba la fertilidad de los suelos ácidos; y lo que entonces era abono o “comida de pobres” se convirtió en pocas décadas en una seña del lujo, la exclusividad, la posición social y un símbolo de la Navidad.

El marisco era un alimento abundante, barato y cuyo consumo se reducía a las poblaciones costeras a principios del siglo XX en Galicia: sin contaminación ni presión pesquera; y sin medios para transportarlo fresco a zonas del interior.

En la posguerra se transportaba marisco vivo en barcos-vivero de Galicia a Asturias y otras zonas del Cantábrico. El mar era la única vía para ampliar el mercado de este producto, ya que bastaba con reponer el agua de los viveros para mantener las capturas vivas.

Pero si hay que buscar un punto de inflexión en la historia del marisco gallego ese está, sin duda, en los años 60. Con el despegue económico de España. Acababa de nacer un nuevo perfil de consumidor urbano con posibilidades económicas, así que ya solo faltaba un detalle: llevarle el producto desde la costa hasta el interior en condiciones y sin que el coste del desplazamiento lo convirtiese en algo inasumible. Y en ese reto tuvo un papel fundamental Eduardo Barreiros.

Los camiones Barreiros «pescaderos» y el tren «pescadero» – en 1958 se estrenó la nueva línea ferroviaria Galicia-Madrid y los trenes de mercancías con vagones refrigerados tenían preferencia en las vías sobre los convoyes de pasajeros-, llevaron marisco fresco a toda España a partir de los 60. De la factoría Barreiros Diésel en Villaverde (Madrid) salió, en 1961, el Súper Azor «Gran Ruta», el camión más famoso de Barreiros, orgullo de los transportistas gallegos pescaderos, un camión para competir con el Pegaso Comet, que permitía las 10 toneladas de carga. Podía incorporar, además, remolques frigoríficos, -que ya circulaban por las carreteras de Francia desde los años 1952 y 1955-, que revolucionaron el transporte de pescado y marisco en España.

Más rápidos, potentes y cómodos, los camiones Barreiros Súper Azor llegaron a ser apodados “los pescaderos” e inundaron la red viaria española que había mejorado con el plan de asfaltados iniciado en los años 50. Salían a diario cargados de pescado y marisco de las lonjas de Vigo y A Coruña para abastecer el mercado madrileño de Puerta de Toledo. El marisco y pescados -como el besugo, el rape o la lubina— llegaron poco a poco a aquellos lugares de España que antes solo podían acceder a especies de río u otras de mar como bacalao o congrio, conservados a través de procesos de salado o secado para resistir travesías tan largas.

Como anécdota, el conductor de camiones Manuel Gómez “Manoliño”, que hacía la ruta de transporte de Vigo a Madrid y que transportaba pescado al Mercado de Toledo, accedió a exhibir un cartel de propaganda publicitando el motor Barreiros. Eduardo Barreiros fue un visionario hasta en el tema de la publicidad…

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