Este mes de mayo se cumple el 55 aniversario de la creación del Colegio Barreiros, una iniciativa pionera en nuestro país que marcó un antes y un después para la conocida hoy como responsabilidad social de las empresas.
Ubicado en uno de los bloques de viviendas que fuera propiedad de la empresa, en la Ciudad de los Ángeles, este centro llegó a albergar a 91 alumnos de entre cuatro y diez años que fueron educados con los más modernos métodos de enseñanza y material pedagógico de la época, la España de la posguerra.
El Colegio constituyó no sólo una forma de acceder a la educación para los hijos de los empleados, sino también como un entorno de convivencia y cohesión social para todos los que formaban parte de esta gran familia.
Las clases se alternaban con toda una serie de actividades, excursiones, proyecciones de películas, teatros, circo y varias convivencias y fiestas a los que acudían los alumnos y alumnas, durante los seis años que duraba su estancia en el Colegio, hasta salir en condiciones de afrontar el ingreso en el Bachiller de cualquier Instituto de Enseñanza.
Además, el servicio de puericultura de la Empresa también realizaba reconocimientos médicos y vacunaciones, así como impartir charlas de divulgación y cursos de alfabetización para los padres que lo necesitaban, así como de mecanografía, corte y confección.
Muchos años más tarde, este proyecto ha sido tomado como ejemplo por diferentes instituciones y empresas que han aplicado a sus empleados buena parte de los métodos y prácticas de esta institución, que bien puede considerarse precursora de la responsabilidad social corporativa que conocemos en nuestros días.